https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3290

Vol. 64 (105), 2024, pp.471-510 -Segundo semestre / julio-diciembre

ISSN-L 0459-1283 e-ISSN - 2791-1179

Depósito legal: pp. 195202DF47

Artículo

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En las crónicas ecuatorianas, se proyectó hallar formas léxico-semánticas que refirieran a la gastronomía andina. Esta tarea puede concretarse a través de la lengua porque en los actos de designar los alimentos y pormenorizar su preparación bulle la pena del migrante, la remembranza, que imponen la identidad. En efecto, “dentro de la singularidad de los alimentos, la nostalgia les confiere un valor único puesto que está implícita en la memoria cultural a través de los hábitos de consumo y la tradición” (Sosa -Sosa y Thomé-Ortiz, 2021, p. 5). Por tanto, valorar y extrañar los sabores de la niñez parece un comportamiento generalizado en estos seres peregrinos. “Comer no es un hecho meramente fisiológico […] La gastronomía constituye un elemento de identidad para un territorio .” (García-García et al. 2022, p. 158). Si bien “el producto se identifica con el lugar de origen, […] también cuentan los platos que se elaboran con ellos ” (García-García et al. 2022, p. 158). Como lo que “se come y cómo se hace contribuyen a definirnos como seres sociales” (Castro y Fabron, 2018, p. 7), el acto de la alimentación es un factor que construye endo y exogrupos, lo que soy y mi lugar de pertenencia.

Platos y recuerdos: la selección de las formas

Con el propósito de escoger las formas que integrarían la muestra léxico-semántica, se leyeron varias crónicas y tal como se presupuso el tema gastronómico apareció, en unas más que otras, pero brotó la apetencia por los sabores y aromas de la infancia. En ocasiones con orgullo, en otras con timidez, a veces como marca de identidad, unas pocas reflexivas, etc. Se rescatarán algunos ejemplos en los siguientes folios.

En el texto Vivir in Between, Ampuero (2014, p. 38) narra sus tropiezos frente a la diversidad léxica, no es comprendida o es reprendida por actualizar el uso americano. Recuerda que en un mercado preguntó y esto le respondieron:

- ¿A cómo tiene la libra de durazno? [énfasis agregado]

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El impacto económico de rememorar los sabores ha impulsado estudios económicos. De hecho, en ese campo

se nominan “productos nostálgicos” o “productos étnicos y de nostalgia” (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2003; y PROMOPERÚ, 2015). En este tenor, Ampuero (2013/2007) alude al “negocio de la nostalgia ”. Acepta que “comer fanesca, cebiche, motepillo, seco de chivo y más delicias típicas en España es posible por el ojo hábil de las empresas que han descubierto que la nostalgia es una mina de euros ” (p.63). Ese negocio les permite a los ecuatorianos saborear la tierra desde lejos o “consumir chochos, quinua, fréjol cholo, hierba luisa, morocho, choclo, achiote, máchica, extracto de naranjilla, mora o maracuyá y los productos de [las marcas] Facundo, Ina-lecsa, Pilsener, Oriental, Real” (Ampuero, 2013/2007, p.64).