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Artículo
https://doi.org/10.56219/letras.v64i105.3287
se utilicen en el sistema venezolano. Sobre esta versatilidad, Rosenblat (1969) ha dicho, y nosotros lo seguimos, que: “En el habla coloquial venezolana todo es venezolano, aunque se dé también en Madrid o en Buenos Aires, aunque sea de origen portugués o norteamericano” (p. 10).
Sin ánimo de ser concluyentes, vemos en este hallazgo una innovación en la macroestructura del Maraisa con respecto a la tradición lexicográfica de su época que imponía a los diccionarios generales, e incluso a los escolares, un tratamiento vacilante en la recolección de estas voces y en su posterior adopción geolectal; sea esto último una consecuencia de las implicaciones de las ideologías, sea producto de la idea de no desdibujar el monolingüismo que caracteriza a algunos diccionarios (Aliaga, 2004).
En cuanto al segundo grupo analizado, los venezolanismos, descuellan los siguientes datos:
(4) Voces registradas en el DRAE con diferente sentido y sin restricción diatópica: almidón, almuerzo, bastimento, bizcochuelo, bollo, bravo, cachicamo, catalina, granjería, hervido,da.
(5) Voces registradas con idéntico sentido en el DRAE y que no poseen restricción diatópica: arepa, barbacoa, caña, caspiroleta, guarapo, maíz, mistela, papelón.
(6) Voces no registradas en el DRAE: aguapanela, aguarapado, arepera, calentao, o calentado, catuche, guarapazo, gurapera, guarapete, guarapita, guasacaca, hallaca, hallaquita, hayaquita, jecho, ponqué, retallones, zarataco,ca,
(7) Voces registradas como venezolanismos en el DRAE: cachapa, carato, hayaca, manjarete, olleta, puntal.
En el cotejo del material léxico con el Diccionario académico, se pueden comprobar desde ausencias hasta el tratamiento disímil de los ítems recogidos en el Maraisa. De manera que, en cuanto al aspecto identificado en (4) y (5), podemos decir que, a excepción de almuerzo, bravo y cachicamo, registrados en el DHAV con idéntico sentido, pero no así en el DAMER, el resto de las unidades aparece recogido en estos diccionarios diferenciales con idéntico sentido al del Maraisa, y marcado como uso venezolano.
Por su parte, el comportamiento del Diccionario de la Academia con respecto a este subconjunto se sostiene en el tiempo y es recurrente, idea que ratificamos por medio de las