170 ISSN (impreso): 1316-0087 ISSN (digital) 2244-7474
Investigación y Postgrado, Vol. 38(2), octubre, 2023 pp. 165-184
A lo largo del proceso de teorización, el investigador teje la red de relaciones
argumentativas entre las categorías para la producción del conocimiento, lo cual puede
hacerlo desde las vías para razonar propuestas por Aristóteles (384 -322 A.C.), referidas
al razonamiento deductivo, inductivo o abductivo; este último rescatado por Pierce (citado
en Nubiola, 2001), quien lo denominó lógica del descubrimiento.
En el razonamiento deductivo, la teoría de apoyo se utiliza para direccionar la
indagación empírica, los hechos se amoldan a las premisas de la teoría inicial referencial;
en la vía inductiva es la realidad empírica, los hechos, sucesos, incidentes, cuyo acontecer
orienta la búsqueda de explicaciones o interpretaciones en el dominio de la teoría.
El razonamiento abductivo no responde a premisas ni reglas de teorías iniciales
porque los hechos se presentan al investigador de manera serendípica, inesperada, para
los cuales no tiene respuesta en primera instancia; por tanto, para posibilitar la
comprensión establece conjeturas, inferencias, posibilidades, hipótesis. Es tarea del
investigador permanecer atento a los datos que puedan presentar estas características.
Swedberg (2016, p.211-216) también reivindica la vía abductiva pierciana para razonar y
teorizar de un modo creativo.
Una vez identificadas, codificadas, clasificadas, agrupadas y bien redactadas las
categorías, se puede proseguir, según Rodríguez (2015, p. 466), con el proceso de
perfeccionamiento y producción intelectual, a fin de elaborar síntesis conceptuales,
modelos o teorías. Las síntesis pueden redactarse al final del análisis de cada categoría,
como productos parciales para luego reunirse en un todo común y construir, de acuerdo
con esta autora, la obra de arte: la teoría.
Así, la teoría como producto final del acto investigativo es un sistema de conceptos
generados por el investigador, a partir de los datos proporcionados por los actores, más
sus observaciones de una realidad en particular, cuyo interés es producir conocimiento al
comprender los fenómenos, mediante la interpretación de los hechos, donde la
imaginación y creatividad son los ingredientes básicos del arte de construir teorías.
Llegado a este punto, es oportuno mencionar los atributos de una teoría citados
por Levine (1997, p.7): la abstracción, en lugar de la concreción, la generalidad en
oposición a la particularidad, la cualidad contemplativa en contraste con lo práctico, más
la cualidad exegética en contraposición a lo heurístico.
Un complemento a los atributos antes señalados lo proporciona Martínez (2006,
p. 285), quien destaca dos aspectos a considerar en la investigación cualitativa: a) las
teorías serán siempre parciales, porque se refieren sólo un aspecto de la realidad y b)
aproximadas, porque contienen las apreciaciones del investigador de la compleja realidad
tratada. Por tanto, son inacabadas, perfectibles y provisionales.
En cuanto a la cuarta interrogante planteada en el Marco referencial ¿Para qué
sirve la teoría? Las respuestas son variadas pero complementarias. Veamos, sirven para: