El papel de la inteligencia emocional en el bienestar de los docentes (pp. 188-205)
Adriana Sofía Torres Azcárate
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El papel de la inteligencia emocional en el
bienestar de los docentes
The role of emotional intelligence in
teachers' well-being
O papel da inteligência emocional no bem-
estar dos professores
Le rôle de l'intelligence émotionnelle dans
le bien-être des enseignants
Adriana Sofía Torres Azcárate
adrianasofiatorresazcarate@gmail.com
Institución Educativa La milagrosa. Palmira, Colombia
Recibido: 03 de noviembre 2023 / Aprobado: 31 de marzo 2024 / Publicado: 23 de mayo 2024
RESUMEN
La inteligencia emocional
(IE) se refiere a la ca-
pacidad de reconocer,
comprender y gestionar
emociones propias y aje-
nas. Al ser conscientes de
las emociones y saber
manejarlas, se experi-
menta un mayor bienestar
emocional (BE), logrando
cultivar relaciones, comu-
nicarse, resolver conflictos
y reducir el estrés. El
propósito del artículo fue
determinar la relación
entre fortalecimiento de la
IE y adquisición de BE, a
través de una inves-
tigación documental para
lo cual se realizó revisión
sistemática de literatura en
3 bases de datos (Scielo,
Redalyc y Dialnet) sur-
giendo 4 categorías de
análisis, la búsqueda fue
limitada a idioma español y
ABSTRACT
Emotional intelligence (EI)
refers to the ability to
recognize, understand and
manage one's own and
others' emotions. By being
aware of emotions and
knowing how to manage
them, greater emotional
well-being (BE) is ex-
perienced, managing to
cultivate relationships,
communicate, resolve con-
flicts and reduce stress.
The purpose of the article
was to determine the
relationship between
strengthening EI and
acquisition of BE, through
a documentary investi-
gation for which a
systematic review of li-
terature was carried out in
3 databases (Scielo, Re-
dalyc and Dialnet) emer-
ging 4 categories of
analysis, the search was
RESUMO
Inteligência emocional (IE)
refere-se à capacidade de
reconhecer, compreender
e gerenciar as próprias
emoções e as dos outros.
Ao ter consciência das
emoções e saber adminis-
trá-las, vivencia-se maior
bem-estar emocional (BE),
conseguindo cultivar rela-
cionamentos, comunicar-
se, resolver conflitos e
reduzir o estresse. O
objetivo do artigo foi de-
terminar a relação entre o
fortalecimento da IE e a
aquisição de BE, por meio
de uma investigação do-
cumental para a qual foi
realizada uma revisão
sistemática da literatura
em 3 bases de dados
(Scielo, Redalyc e Dialnet)
emergindo 4 categorias de
análise, a busca limitou-se
ao idioma espanhol e de
RÉSUMÉ
L'intelligence émotionnelle
(IE) fait référence à la
capacité de reconnaître,
de comprendre et de gérer
ses propres émotions et
celles des autres. En étant
conscient des émotions et
en sachant les gérer, on
expérimente un plus grand
bien-être émotionnel (BE),
en parvenant à cultiver des
relations, à communiquer,
à résoudre les conflits et à
réduire le stress. Le but de
l'article était de déterminer
la relation entre le renfor-
cement de l'IE et l'acqui-
sition du BE, à travers une
enquête documentaire
pour laquelle une revue
systématique de la litté-
rature a été réalisée dans 3
bases de données (Scielo,
Redalyc et Dialnet) faisant
émerger 4 catégories d'a-
nalyse, la recherche s'est
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del año 2019 al 2023, sin
restricción geográfica,
seleccionando 20 artí-
culos. Se confirma la
relación y se encuentran
múltiples beneficios ade-
más del BE, se resalta la
importancia de entrena-
miento en competencias
emocionales para los
docentes, y sus ventajas
en la vida laboral y
personal.
limited to the Spanish
language and from 2019 to
2023, without geographical
restriction, selecting 20
articles. The relationship is
confirmed and multiple be-
nefits are found in addition
to BE, the importance of
training in emotional com-
petencies for teachers is
highlighted, and its ad-
vantages in work and
personal life.
2019 a 2023, sem restrição
geográfica, selecionando
20 artigos. A relação se
confirma e são encon-
trados múltiplos benefícios
além do BE, destaca-se a
importância da formação
em competências emocio-
nais para os professores e
suas vantagens no tra-
balho e na vida pessoal.
limité à la langue
espagnole et de 2019 à
2023, sans restriction
géographique, en selec-
tionnant 20 articles. La
relation est confirmée et de
multiples bénéfices sont
constatés en plus du BE,
l'importance de la for-
mation aux compétences
émotionnelles pour les
enseignants est soulignée,
ainsi que ses avantages
dans le travail et la vie
personnelle.
Palabras clave:
Inteligencia emocional;
Bienestar; Docentes;
Competencias
emocionales; Salud
mental
Key words: Emotional
intelligence; Well-being;
Teachers; Emotional
competencies; Mental
health
Palavras-chave:
Inteligência emocional;
Bem-estar; Professores;
Competências
emocionais; Saúde mental
Mots-clés: Intelligence
émotionnelle; Bien-être;
Enseignants;
Compétences
émotionnelles; Santé
mentale
INTRODUCCIÓN
Las emociones son una parte integral de la vida y ayudan a comprender y responder
al entorno. Una emoción es una respuesta subjetiva a un estímulo que puede ser positivo
o negativo. Las emociones pueden ser experimentadas en diferentes niveles de
intensidad y duración, y pueden ser influenciadas por factores internos y externos. Los
seres humanos poseen emociones que llevan a actuar y tomar decisiones; en un mal día,
los pensamientos se tornan negativos a raíz de las emociones que se siente, por ende,
el comportamiento tiende a variar, a hablar o actuar de forma que causa un posterior
arrepentimiento.
Los docentes no son la excepción, expuestos diariamente a situaciones difíciles en
contextos complejos, que ocasionalmente rebasan la preparación que poseen, todo esto
genera, que su salud mental se vea deteriorada. Este un aspecto de gran interés
últimamente, sobre todo después de la pandemia de Covid-19, donde fue necesario
asumir retos para que docentes y estudiantes se mantuvieran mental y emocional
saludables.
En Colombia, la salud mental es definida por la ley 1616, como un “estado dinámico
expresado en la vida cotidiana en el comportamiento e interacción, permitiendo a
individuos y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para
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transitar, trabajar, establecer relaciones significativas y contribuir a la comunidad”
(Congreso de la República, 2013). Esto implica la percepción de un estado de bienestar,
donde las personas realizan sus labores con tranquilidad a pesar del estrés que viven.
Es una realidad que la docencia es uno de los trabajos que mayor estado de malestar
puede generar, donde más expuesto se encuentra a un altibajo de emociones diarias,
siendo las enfermedades mentales como el estrés, la ansiedad y la depresión unas de
las mayores causas de incapacidad laboral, según Plazas Bustacara, et al (2020).
La salud mental está relacionada con el pensamiento, y este a su vez con la
Inteligencia Emocional (IE) y el Bienestar Emocional (BE), con el fin de esclarecer esta
relación se describen las teorías del constructo de inteligencia emocional, el cual, se
considera como la habilidad de manejar los sentimientos y emociones, discriminar entre
ellos y utilizar estos conocimientos al dirigir los propios pensamientos y acciones. Incluye
la capacidad del ser humano de amar y comprender al otro, así como ser capaz de darle
manejo a los estados emocionales propios y ajenos, permitiéndose tener una sana
convivencia. Este constructo fue definido por primera vez por Mayer y Salovey (1997),
los cuales, se basaron en la inteligencia intrapersonal e interpersonal de la teoría de las
inteligencias múltiples de Gardner (1995)
La teoría de las inteligencias múltiples sostiene que cada persona tiene fortalezas y
habilidades en diversas áreas, y la educación debe promover el desarrollo y potenciación
estas inteligencias. Gardner (1995) define la inteligencia intrapersonal como la
capacidad de conocerse a uno mismo, incluyendo los propios sentimientos, emociones,
motivaciones y fortalezas, esto implica la introspección y la autorreflexión. Por otro lado,
la inteligencia interpersonal es la capacidad de comprender las emociones y motivaciones
de los demás, así como establecer relaciones interpersonales exitosas.
Estos dos tipos de inteligencia, dieron las bases para el modelo de IE de Mayer y
Salovey (1997), el cual se fundamenta en la idea de que estas son habilidades que se
puede desarrollar y mejorar a lo largo de la vida. Este modelo se basa en cuatro
componentes, la primera es la percepción emocional, refiriéndose a la capacidad de
percibir y entender las emociones propias y ajenas, la segunda es la facilitación
emocional, la cual es la capacidad de utilizarlas relacionarse de manera efectiva con otras
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personas, implica la empatía, percibir y para facilitar el pensamiento, la toma de
decisiones, motivarse a uno mismo y a los demás, y regular el estado emocional. El tercer
componente, la comprensión emocional, es la capacidad de comprender y analizarlas
empleando el conocimiento emocional. Por último, la regulación emocional que se refiere
a la capacidad de manejar y regularlas en uno mismo y en los demás, mitigar las
negativas y potenciar las positivas. El modelo de Mayer y Salovey es el modelo más
difundido y aceptado por la comunidad científica debido al rigor científico.
A partir de este modelo de habilidades, Goleman (1995) genera un modelo mixto de
IE, donde se tienen en cuenta habilidades emocionales y sociales, aporta que las
personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidad de
sentirse satisfechas y ser eficaces en sus vidas y dominar los hábitos mentales que
favorezcan su productividad (p. 57). Este modelo se fundamenta en la idea que las
emociones desempeñan un papel crucial en la vida e interacciones con los demás,
sostiene que la inteligencia emocional se compone de cinco competencias principales, la
autoconciencia emocional, como la capacidad de reconocer y comprender nuestras
propias emociones, la autorregulación emocional, como la capacidad de manejar y
regular emociones de manera efectiva, controlando reacciones emocionales, manejar el
estrés y la ansiedad.
Como tercer componente la automotivación y su capacidad de mantener enfocados
en las metas con actitud positiva. El cuarto componente es la empatía, capacidad de
comprender y compartir las emociones de los demás, responder de manera adecuada y
compasiva. Las habilidades sociales, para establecer y mantener relaciones saludables
y efectivas con los demás, comunicarse de manera clara y efectiva, resolver conflictos,
trabajar en equipo y mostrar liderazgo. Goleman y Davidson (2017) afirman que la
actividad meditativa cambia la mente, el cerebro y el cuerpo, y que potencia la
autoconciencia, capacidad que hace parte de la IE y promueve el bienestar.
Del constructo de la IE se desglosa las competencias emocionales, donde priman
los estudios realizados por Bisquerra (2000), planteando que no solo es la adquisición de
habilidades sino de capacidades y actitudes para sentir e interactuar con IE. Este autor
propone el "Modelo Pentagonal de Competencias Emocionales", basado en cinco
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grandes competencias o bloques que según Bisquerra y Pérez (2007) son la conciencia
emocional, capacidad de reconocer, identificar y comprender las emociones propias y
ajenas, la regulación emocional como la capacidad de gestionar y regularlas de manera
adecuada, tanto en uno mismo como en las interacciones con los demás, de tercero la
autonomía personal que incluye la toma de decisiones emocionalmente inteligentes y
actuar de manera autónoma y responsable. En cuarto lugar, la competencia social,
referida a establecer y mantener relaciones saludables y satisfactorias, comprender y
responder de manera empática a las emociones de los demás y de último las habilidades
para el bienestar, que engloba las habilidades necesarias que permiten promover el
bienestar emocional y el desarrollo personal, como el manejo del estrés, la resiliencia y
la búsqueda de la felicidad.
A partir de las sub-competencias de Bisquerra (2000), se introduce el término de
bienestar emocional. El cual, según este autor es considerado como la capacidad de
gozar de forma consciente de bienestar (emocional, subjetivo, personal, psicológico) y
procurar transmitirlo a las personas con quien interactúa. Adoptar una actitud favorable
al bienestar, entendiéndolo como un derecho y un deber de cada ser humano,
contribuyendo con esto, de manera positiva en la comunidad y grupo social al que
pertenece (Bisquerra, 2003).
El bienestar ha sido estudiado desde la psicología positiva, este enfoque psicológico
busca estudiar y promover las emociones positivas, el bienestar y el florecimiento
humano, cambiando el enfoque tradicional de la psicología, centrado en tratar los
trastornos y problemas mentales, al de orientarse al desarrollo de una vida plena. El
trabajo de Seligman (2000) ha sido fundamental al orientar la investigación y la práctica
hacia el estudio del bienestar y la felicidad; el formuló el modelo PERMA, que representa
los 5 elementos fundamentales del bienestar: emociones positivas (P), compromiso o flow
(E), relaciones positivas (R), significado (M) y logro o lograr metas (A).
Según el autor precitado, estos elementos son cruciales para construir una vida
plena y satisfactoria. También ha trabajado en la identificación y promoción de las
fortalezas personales, que son los rasgos positivos y virtudes que ayudan a enfrentar los
desafíos y vivir una vida significativa. Su trabajo ha llevado al desarrollo de herramientas
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como el VIA (Inventario de Fortalezas Personales), que permite a las personas identificar
y utilizar sus fortalezas mejorando su BE y calidad de vida.
Hasta el momento se relacionan la lE con el desarrollo de competencias
emocionales a través de la educación emocional, y que, como consecuencia de ese
fortalecimiento de habilidades y competencias, el ser humano alcanza el bienestar,
además de adoptar una actitud positiva que le permita su florecimiento. En línea con esto,
Fernández-Berrocal y Extremera (2002), han relacionado todos los constructos antes
mencionados en el ámbito educativo y sus estudios han demostrado que el BE de los
docentes es asociado con la IE y con la satisfacción en su trabajo. Los educadores que
tienen un mayor BE tienden a ser más efectivos en el manejo de situaciones estresantes
y mayor capacidad para regular sus emociones, lo que se traduce en una mejor
enseñanza y una menor probabilidad de abandono laboral. Además, demostraron que la
educación emocional puede mejorar significativamente la habilidad de los maestros para
manejar situaciones conflictivas o emocionalmente intensas con los estudiantes,
promover un clima escolar positivo y mejorar el bienestar subjetivo del docente en
general.
El BE del docente y las competencias emocionales podrían relacionarse en un
modelo pedagógico que tenga en cuenta la importancia de la educación socioemocional,
es importante visualizar los avances investigativos que se han desarrollado en los últimos
años con el fin de conocer el estado del arte de las investigaciones que abarcan la IE y
el BE y aplicarlo en el gremio docente. El propósito de este artículo fue determinar la
relación entre el fortalecimiento de la IE y la adquisición de BE, además de definir cuáles
han sido las estrategias utilizadas por los investigadores en la adquisición de las
competencias emocionales y su respectiva medición del bienestar, recordando que la
docencia es un trabajo emocional, por tanto, requiere el desarrollo de estas habilidades,
como lo plantea Sánchez (2019) al decir que el maestro ideal es aquel que enseña con
la aritmética del corazón y la gramática de las relaciones.
MÉTODO
El presente artículo es producto de una investigación documental, a partir una
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revisión sistemática de la literatura científica publicada en torno a la IE, y su relación con
el BE en los docentes. Se seleccionaron veinte (20) artículos de fuentes electrónicas
dispuestas en las bases de datos Scielo, Redalyc y Dialnet, para dichas búsquedas se
utilizaron las palabras claves bienestar, salud mental, IE, competencias y diferentes
combinaciones entre ellas, los artículos se clasificaron según las 4 categorías de análisis
siguientes:1. salud mental y bienestar, 2. bienestar emocional docente, 3. inteligencia
emocional docente, 4. Competencias emocionales en docencia. Estas categorías se
establecen ante la necesidad de indagar en los temas y entrelazar los constructos de
inteligencia emocional y bienestar en docentes.
La búsqueda fue limitada a idioma español y artículos que se publicaron del 2019
al 2023, sin restricción geográfica. Se buscaron artículos publicados donde se tomaron
en cuenta los referentes teóricos descritos en la introducción con el fin de tener una visión
más focalizada del estudio. Como criterio de inclusión se buscaba que las investigaciones
fueran realizadas en el ámbito educativo, o la investigación tuviera referentes teóricos
desde la psicología y la pedagogía. Dentro de esta revisión se encuentra un artículo del
fuera del rango establecido, fue seleccionado porque resume los avances en IE y BE
hasta el 2017 y sustenta las bases para los otros artículos indagados.
RESULTADOS
En esta sección, se organizan los artículos por categorías. La primera categoría es
salud mental y bienestar, que incluye escritos sobre la relación y controversias de estos
conceptos. La segunda categoría es bienestar emocional docente y recopila información
sobre estrategias, métodos y repercusiones relacionadas con la labor. La tercera
categoría es inteligencia emocional docente y muestra avances en este campo, modelos
utilizados y sus consecuencias en el contexto. La cuarta categoría se enfoca en la
aplicación de la inteligencia emocional, es decir, cómo adquirir competencias y
habilidades a través de la educación emocional y su impacto en la labor docente.
La tabla 1 muestra los artículos seleccionados según la temática de salud mental y
bienestar emocional que cumplían con los criterios anteriormente descritos:
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Tabla 1
Categoría: Salud mental y Bienestar
Título
Año
Bienestar personal durante la adolescencia
según el modelo Perma: una revisión
sistemática
2023
Salud mental positiva: entre el bienestar y el
desarrollo de capacidades
2022
El autocuidado en el trabajo es importante:
como los recursos personales y del puesto
median entre el autocuidado y el bienestar
psicológico
2022
Inteligencia emocional y ansiedad en
mujeres
2019
Malestar docente y violencia escolar una
relación por definir: revisión documental de
la década del noventa a la actualidad
2019
La tabla 2, inscribe los artículos encontrados en la categoría de análisis de bienestar
emocional docente según los criterios descritos, donde sujetos de estudio se encontraban
en el contexto escolar ejerciendo el rol de maestro.
Tabla 2
Categoría: Bienestar emocional docente
Título
Autores
Año
El bienestar emocional de los docentes como
factor determinante en los procesos de
enseñanza/aprendizaje en el aula
López Martínez, O.,
García Jiménez, E. y
Cuesta Sáez de Tejada,
J. D.
2023
Bienestar emocional y el docente: un diario
creativo en emociones.
González Pérez, A.
2021
Excluidos de la felicidad. La estratificación
social del bienestar emocional en España
García Andrade, A.
2021
La crisis de salud, de bienestar emocional y de
competencias para ser un buen docente
Abanades Sánchez, M.
2020
En la tabla 3 se enuncian los artículos que describen la adquisición de la inteligencia
emocional y sus beneficios emocionales, y se relacionan con el bienestar emocional; se
encontraron 6 escritos.
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Tabla 3
Categoría: inteligencia emocional docente
Titulo
Autores
Año
Inteligencia emocional como factor protector en
docentes: Perfiles de estrategias de afrontamiento
centrado en personas.
Pulido-Martos, M., López-
Zafra, E., y Cortés-Denia, D.
2022
Inteligencia Emocional como Predictor de
Satisfacción en Docentes de Infantil y Primaria.
García-Domingo, B., y Díaz,
J. Q.
2022
Nuevas tendencias en la investigación de la
Inteligencia Emocional
Fernández-Berrocal, P.,
Cabello, R., Gómez-Leal,
R., Gutiérrez-Cobo, M. J., y
Megías-Robles, A.
2022
Docentes emocionalmente inteligentes.
Importancia de la Inteligencia Emocional para la
aplicación de la Educación Emocional en la práctica
pedagógica de aula.
Costa Rodríguez, C., Palma
Leal, X., y Salgado Farías,
C. (2021).
2021
Hacia una integración de mindfulness e inteligencia
emocional en psicología y educación
Moscoso Manolete, S.
2019
Principales resultados de investigación sobre
inteligencia emocional en docentes españoles.
Aguayo Muela, Á. del C.
2017
En la tabla 4, se seleccionaron 5 títulos, se observó que la formación en
competencias emocionales de los docentes se encuentra en el contexto universitario, y
por lo cual, se amplía el rango a dicho espacio. En algunos artículos se habla de
habilidades, las cuales muchos autores consideran un sinónimo de competencia, en este
escrito se utilizará de manera indistinta para la indagación.
Tabla 4
Selección según temática de competencias emocionales en docencia
Título
Autores
Año
Competencias socioemocionales de los
docentes: Elemento clave para la mejora del
proceso de enseñanza
Garcés Polo, C.
2021
Competencias emocionales de las futuras
personas docentes: un estudio sobre los
niveles de inteligencia emocional y empatía.
Porras Carmona, S., Pérez
Dueñas, C., Checa Fernández,
P., y Luque Salas, B.
2020
Competencias socioemocionales
autopercibidas en el profesorado universitario
en España.
Llorent, VJ, Zych, I., y Varo-
Millán, JC.
2020
La formación inicial docente en una
universidad chilena: estudiando el ámbito
emocional.
Sánchez Calleja, L.,
2019
Las habilidades socioemocionales en los
docentes: herramientas de paz en la escuela.
Gutiérrez, A. y Buitrago S.
2019
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DISCUSIÓN
El estudio permitió analizar 20 artículos, obteniendo la información adecuada en las
categorías de análisis que dan explicación al propósito, de determinar la relación
existente entre el fortalecimiento de la IE y la adquisición de BI, además de definir cuáles
han sido las estrategias utilizadas por los investigadores en la adquisición de las
competencias emocionales y bienestar. A continuación, se analizarán los principales
hallazgos de los artículos relacionados con cada categoría de análisis, en los últimos 4
años, que correlación han tenido y como afectan al ser humano, además de definir
factores que aporten a la ganancia de dichos aspectos.
Salud mental y bienestar
La IE repercute en la salud mental, en la disminución de estados ansiosos, esto fue
demostrado por Gil-Olarte, Gómez, Ruiz, y Guil (2019) quienes evalúan un programa de
educación emocional basado en el modelo de IE de Mayer y Salovey (1997),
determinando que la aplicación de este, fue efectivo en la disminución de la ansiedad, la
capacidad de atender sus estados emocionales, reconocer y reparar adecuadamente sus
emociones, y por ende, la mejora de su bienestar y calidad de vida. Este hallazgo
confirma, como los componentes del modelo de IE de Mayer y Salovey (1997) ofrecen
recursos en la mejora de la salud mental.
En concordancia, Gómez-Borges et al (2022), hallan que las actividades de
autocuidado como el ejercicio físico y el mindfulness muestran una relación positiva y
significativa con el bienestar y que, aunque separadas funcionan, la interacción entre
ellos son potenciales impulsores para que el ser humano alcance el bienestar; esto lo
confirma Goleman y Davidson (2017), al afirmar que la meditación cambia la mente, el
cerebro y el cuerpo, potenciando la autoconciencia, capacidad que hace parte de la IE y
promueve el bienestar.
Esta idea es contrastada en Arroyave, Arango, Restrepo Ochoa y Calvo (2022),
pues plantean que el bienestar no se puede entender exclusivamente como salud mental,
ya que esta última está relacionada con el contexto socioeconómico donde se desarrolla
el individuo y el tipo de experiencias que le permite, además, poder lograr una salud
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mental positiva, se debe vincular el bienestar subjetivo, emocional, psicológico y social
con el desarrollo de capacidades. Por tanto, plantean la necesidad de definir las escalas
de bienestar integrando las realidades políticas, sociales, y económicas que muestren la
verdadera realidad del ser humano.
Un planteamiento similar, lo expone García (2021), al presentar argumentos donde
el aspecto socioeconómico tiene influencia directa en el BE de las personas. Esto va en
línea con las ideas que plantea Abril-Martínez (2019), pues afirma que el malestar que
experimentan los docentes, debido a la violencia en el interior del aula, ha ocasionado el
debilitamiento de su salud mental y física, además de pérdidas económicas debido a sus
incapacidades por enfermedad. Aunque la mayoría de esta violencia no es documentada
y expuesta, es un factor importante en la pérdida de bienestar y calidad de vida de ellos.
Este tema es confirmado por Sánchez et al (2015) y Cornejo y Quiñónez (2007) quienes
plantean la necesidad de generar investigaciones y crear estrategias de protección ante
el malestar docente y la enfermedad profesional.
González y Molero (2023) hacen una revisión sistemática del bienestar en la
adolescencia según el modelo PERMA de Seligman (2000), los resultados confirman que
este promueve las conductas positivas y favorece variables como la autoestima y el
rendimiento académico. Se debate cómo el bienestar potencia el desarrollo personal en
los adolescentes, y confirman que la psicología positiva ofrece las herramientas
necesarias para la construcción de emociones positivas, gratificantes y significativas en
el bienestar individual y colectivo.
Bienestar emocional docente
La categoría se limitó a los estudios de BE llevados a cabo en el contexto escolar
y donde el docente fue el sujeto de investigación; seleccionándose 5 artículos,
encontrándose que López et al (2023), afirman que los docentes con formación en
competencias emocionales, alcanzaban una mayor puntuación en felicidad, en IE, en
optimismo, en autoestima y en afecto positivo, y correlación directa con la edad.
Destacan que la formación emocional debe ser parte del crecimiento profesional y
personal del maestro, en línea con Bisquerra (2000), que afirma que experimentar
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emociones positivas y aproximarse a la felicidad debe ser una de las metas de la
educación emocional.
Por su parte, Abanades (2020) proporciona desde la mirada del estudiante las
cualidades, competencias y habilidades emocionales que hacen a un buen docente,
resaltando las habilidades interpersonales y la comunicación como un aspecto que
evidencia BE, los estudiantes afirman que los profesores que poseen equilibrio mental,
social y emocional son catalogados como buenos profesionales de la docencia, lo que
afirma la relación entre el BE y la IE. No se puede olvidar que el docente es un modelo
a seguir, diversas teorías clásicas muestran al maestro como un punto de referencia del
estudiante desde lo cognitivo o académico, además de serlo desde lo personal,
emocional y ético. Abanades (2020) nombra otras capacidades del buen docente, como
ser empáticos, tener competencias digitales, ser eficaces en su labor, hacer ejercicio,
tener resiliencia, en general, tener IE.
González (2021) realiza la unión creativa de emociones, bienestar pedagógico y
herramientas didácticas que permite gestión de emociones, a través de un diario,
permitiendo al docente, la identificación y reconocimiento de la ellas. El autor deja abierta
la invitación a investigar en didáctica de las emociones y bienestar pedagógico. Este
diario se basa en el modelo de competencias de Bisquerra y Pérez (2007), con la
competencia de conciencia emocional, afianzando una estrategia diversa para alcanzar
las habilidades o competencias nombradas.
Inteligencia emocional en docentes
En este apartado, se desea vislumbrar los estudios relacionados con la IE de los
docentes, iniciando con Aguayo (2017), quien realizó una revisión de 16 estudios de
medición de IE, ratificando la eficacia que poseen los programas emocionales, y la
relación entre la IE y el afecto, el Burnout y el optimismo. Se resalta la importancia de la
educación emocional en la calidad de vida de los maestros y los estudiantes. Pulido et
al (2022) comprueban que el entrenamiento de la IE contribuye a tener sanas estrategias
de afrontamiento, por consecuencia, mejor salud mental y física, también, plantea a la
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necesidad de este tipo de educación para aquellos con estrategias de afrontamiento
evitativas, con la finalidad de prevenir el Burnout y el consumo de sustancias.
Continuando con los beneficios de la IE, García y Díaz (2022) investigan sobre la
IE percibida, encontrando que los maestros con mayor percepción de IE, comunican que
poseen niveles altos de satisfacción vital y laboral, que redunda en el bienestar percibido.
Recomiendan el entrenamiento en habilidades socioemocionales como un factor
protector de la salud mental en el ejercicio profesional de la docencia. Apoyando está
recomendación, Costa et al (2021) plantean la importancia de la IE de los docentes en
el ejercicio pedagógico y formación universitaria, trazando esta necesidad de forma
transversal en estudiantes en todos los niveles. Reconocen como la IE influye en los
procesos de aprendizaje, la salud física y mental, las relaciones interpersonales y el
rendimiento laboral y académico y describe varias propuestas curriculares en una
catedra de IE basada en diversos autores, siendo la más completa la de Bisquerra.
Dentro de los escritos investigados, uno de gran aporte es el de Fernández-Berrocal
et al (2022), puesto que recopila las nuevas tendencias investigativas en IE, su revisión
sistemática evidencia que la IE se relacionó de forma positiva con el bienestar, la salud,
la calidad de vida, la satisfacción laboral, el liderazgo eficaz y el rendimiento académico,
e inverso con la psicopatología y el burnout. Plantean la necesidad de analizar la
efectividad de la formación para mejorar el bienestar. Otra innovación se refiere al
compromiso emocional docente, donde los autores muestran su importancia como
competencia emocional y la necesidad de incluirla en la formación de los docentes. La
última innovación descrita es el estudio del impacto de estrés y el afrontamiento, donde
la IE actúa como factor protector, lo cual tiene relación con lo planteado por Pulido et al
(2022)
Frente a innovaciones investigativas, Moscoso (2019) encuentra que las personas
obtienen ganancias significativas en bienestar cuando se relacionan el mindfulness y la
IE, adicional declara que la IE es un mediador entre el aumento de las emociones
positivas y la práctica del mindfulness. Expone que esta integración es una tendencia
investigativa, mostrando resultados en la regulación emocional, la resiliencia, el manejo
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de impulsos, mejora en la calidad de vida y manejo del estrés. Esta innovación también
fue descrita por Gómez et al (2022).
Competencias emocionales
En los currículos actuales de licenciatura, la IE debe ser una prioridad, Porras et al
(2020) realizan un estudio comparativo encontrando que existe una correlación positiva
entre los factores que componen la inteligencia emocional (atención, claridad y
reparación emocional) con los distintos factores que poseen, como la empatía. Plantean
que una persona que posee una alta atención a sus emociones, tiene dificultades al ser
empático, por ende, afecta su bienestar. Este estudio muestra que los estudiantes
universitarios, en la medida que avanzan en su formación adquieren mayor IE y empatía
que sus homólogos de primer año. Esta formación se pone a prueba en el ejercicio
laboral, como lo expone Sánchez Calleja (2019), puesto que él será el formador de sus
estudiantes, también dará la posibilidad de generar un ambiente de aula que promueva
las emociones positivas. Este artículo, evalúa la forma en la que los docentes
universitarios de licenciatura, incluyen las competencias emocionales en sus clases y que
actividades concretas ofrecen fortalecerlas, tomando las competencias del Modelo de
Bisquerra. Concluyen que las emociones deben ser incluidas desde lo vivencial y no solo
desde lo cognitivo, sobre todo para la formación de licenciados.
Otra evaluación realizada en docentes fue la de Llorent et al (2020) encontrando
que el profesorado universitario español se percibe con un nivel elevado de competencias
socioemocionales, donde las mujeres alcanzan niveles superiores en factores como
autoconocimiento, conciencia social y prosocialidad, mientras los hombres en la toma de
decisiones responsables. Gutiérrez y Buitrago (2019) afirman que las habilidades
socioemocionales de los docentes inciden en la gestión de los ambientes de paz en la
escuela, y en factores como el clima de aula, el conflicto escolar, la cultura de paz y las
relaciones interpersonales, tanto entre docentes, como entre docentes y alumnos,
encontrando, pues estas habilidades generan un mayor compromiso docente, menor
sensación de estrés, mayor ilusión y motivación, experimentando una sensación de
bienestar y desarrollo pleno de la labor docente, generando una adecuada identificación,
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que lo lleva a interactuar de manera positiva con los estudiantes, gestionando emociones
y modelando la conducta de estos. Frente a esto Palomares (2014) plantea que entre
más dominamos nuestros sentimientos, mejor se puede comprender los de otras
personas.
Como consecuencia de su accionar, el docente aporta en el aula en temas como la
empatía, la resolución de conflictos y la compasión. Los autores enuncian que los
programas de educación emocional son muy pocos los enfocados en la formación
docente, es decir que existe la necesidad de crear formaciones efectivas en inteligencia
emocional, sobre todo en Latinoamérica y Colombia. Esta idea la refuerza Garcés Polo
(2021) quien realizó una indagación sistemática frente a la competencia emocional en los
docentes, declara que es un tema poco atendido, pero que tiene una gran repercusión
en la práctica educativa. El docente no solo debe saber conocer, sino que debe saber
ser, para ser influencia positiva dentro de su aula.
CONCLUSIONES
Por más de 35 años, se han realizado diversas investigaciones que confirman la
importancia e influencia de las emociones para un adecuado desarrollo y adaptación
social de las personas, el contexto escolar no es ajeno a esta necesidad básica, puesto
que está lleno de situaciones donde se requiere el correcto manejo de las emociones y
la adquisición de habilidades y competencias emocionales es descrita como un factor
preventivo ante la violencia, el consumo de sustancias psicoactivas, depresión, ansiedad
entre otros, como lo expresa Bisquerra (2000).
La adquisición de IE a través del fortalecimiento de las competencias emocionales
le permiten al ser humano, aumentar su bienestar (López et al, 2023), así como tener una
adecuada reparación emocional, que permite interactuar de manera positiva con el
entorno (Gil-Olarte et al, 2019), en el caso específico del docente, ser un ejemplo de
compromiso, satisfacción y empatía para sus estudiantes, así como sus pares laborales.
Entre los beneficios de la inteligencia emocional encontrados en esta revisión se puede
nombrar al aumento de emociones positivas, afrontamiento positivo, salud mental,
satisfacción vital y laboral, reconocimiento emocional, optimismo, felicidad, autoestima,
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afecto positivo, crecimiento profesional y personal, fortalecimiento de habilidades frente
a la toma de decisiones, relaciones interpersonales y de comunicación, además de un
liderazgo eficaz (Llorent et al, 2020; Gutiérrez y Buitrago, 2019).
En la presente revisión se encontró que no solo los programas establecidos de
educación emocional son exclusivos para alcanzar el BE, sino que existen acciones que
ayudan a mejorar, tales como el ejercicio físico, el mindfulness y el diario de emociones
como estrategias que coadyuvan a que el docente se sienta en estado de bienestar
(Gómez et al, 2022; Moscoso, 2019; González Pérez, 2021). Es importante destacar que
no solo es el estado de BE el que hace pleno a una persona, sino que es importante la
integración del bienestar físico, subjetivo, psicológico y social con el desarrollo de
capacidades, lo que aumenta positivamente la sensación de bienestar para un ser
humano, en este caso particular, el del docente (Abril-Martínez, 2019 y García Andrade,
2021)
Quedan diversas sugerencias en los artículos, como la necesidad de formación en
inteligencia emocional desde la formación universitaria, también se queda en el tintero la
necesidad de una educación emocional para todos y en todos los niveles educativos, por
sus beneficios para construir la escuela feliz que todos deseamos (Pulido et al, 2022;
Porras et al, 2020; Sánchez Calleja, 2019). Por tanto, es una necesidad la cualificación
docente a través del desarrollo de competencia emocionales.
A modo de conclusión, se reconoce ampliamente los beneficios de la IE y la
adquisición de competencias y habilidades emocionales necesarias para ser considerado
una persona emocionalmente inteligente. Se confirma que existe una relación clara y
directa entre el BE y la IE, aunque algunos teóricos consideren que el BE se ve disminuido
por factores económicos y sociopolíticos. Existe consenso general sobre la importancia
de la educación emocional en todos los niveles del ciclo vital, y se destaca la necesidad
de que los docentes sean educados en sus emociones para desempeñar su rol de
manera adecuada.
CONFLICTO DE INTERÉS
La autora declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del
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presente artículo científico.
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