En los orígenes del Realismo Mágico y de Lo real maravilloso: la fecundidad olvidada del venezolano Enrique Bernardo Núñez
Palabras clave:
Realismo Mágico, Lo real maravilloso, Enrique Bernardo Núñez, CubaguaResumen
Rómulo Gallegos publicó en 1929 Doña Bárbara; Arturo Uslar Pietri, en 1930 Las lanzas Coloradas. Entre estos dos monstruos sagrados de la literatura venezolana y estas dos grandes obras de la literatura hispanoamericana, ubicamos un autor olvidado: Enrique Bernardo Núñez, y
una obra clave, crisol (Crisol) de las nuevas formas de narración en América del Sur antes del boom: Cubagua, publicada en 1931 (aunque ya terminada en 1930). Es frecuente presentar a Arturo Uslar Pietri como «el padre» del Realismo mágico, y
se obvia la novela de Enrique Bernardo Núñez, a pesar de
que ella encarna una propuesta pionera de ese movimiento literario. Núñez se interesó por llenar los huecos de la Historia de los pueblos «sin anales» del Caribe, y propuso una forma
de escritura y reescritura que cuestiona los modelos euro-centrados superando los tratamientos tradicionales del tiempo y
del espacio, planteamientos que hilvanan la ideología estética tanto del Realismo Mágico como de Lo real maravilloso. Para demostrar esa impronta del autor venezolano en dicho movimiento, comparamos las novelas de Alejo Carpentier, en especial El Reino de este mundo, con Cubagua, y hallamos claras coincidencias, sin dejar de señalar que la obra de Núñez se produjo primero, por lo que él sería el verdadero premier de esta importante escuela estética de Latinoamèrica. Por ello consideramos que la obra de Núñez y sus conceptos se impone como sustrato matricial del Realismo mágico y de Lo real maravilloso. Y por ello llamamos la atención sobre esa fecundidad injustamente descuidada por la crítica literaria latinoamericana.